lunes, 4 de noviembre de 2013

La chica del vestido rojo y corazones blancos

Solo puedo hacerte justicia ahora que te has ido, pero esta vez no puedo bajar al lago y decapitar los cisnes, no puedo hundir la cabeza ni abrir bien la boca y por mucho que escriba, ni siquiera voy a agitar una caja de Pandora donde lo que ha sucedido tiene más complicidad que cualquier anotación en el encuadre de nuestras libretas secretas. No me retractare al reconocerlo, no son mis huellas las que te aprietan del cuello ahora, no puedo ahogarte de la manera que a mi más me gusta, tienes un pedazo de mi que no pretendo recuperar, de todo lo que soy y las pocas personas que lo han visto.


te has convertido en un mantra, sabes lo que es?

se refiere a las sílabas, para invocar a un dios o como apoyo para meditar y así, a momentos invoco  aguas y mareas, pienso ¿quien quiere tierra pudiendo naufragar de esa manera?, pues no tengo donde desembarcar, navego sin rumbo, pero ni de lejos comparto este barco como lo he compartido contigo.